"El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza." ARTURO JAURETCHE

lunes, 30 de agosto de 2010

LA ESCUELITA DEL TERROR

Las imágenes que ilustran este posteo, corresponden al Normal Nº4 de Caballito. Taría bueno que les pegara una ojeada el Edu Feinmann...

Acá, el Ministrito Esteban Bullrich quiere que los pibes estudien en febrero...

Lo bueno es que el colegio está bien ventilado, por lo que se ve...

VA A ESTAR BUENO, CHICOSSSSSS!!!!















































viernes, 27 de agosto de 2010

LA TOMA DE LOS COLEGIOS EXPLICADA A FEINMANN EL MALO


Esteeeee... ejem... sería una pérdida de tiempo, ¿no?
De todos modos, es simpático ver día a día cómo lo hacen mierda unos pendejos de dieciséis años...

jueves, 26 de agosto de 2010

PAPEL PRENSA EXPLICADO A LA MODISTA DE MI BARRIO


A ver, doña Clara: resulta que usted hizo una reforma en el garage y lo convirtió en un taller de costura. Acomodó la Singer al lado de la ventana para ver mejor, se trajo la tabla de planchar, los hilos, las agujas, los botones. Las señoras del barrio, de a poco, empezaron a darle trabajo: un trajecito por aquí, un batón por allá, una blusa para los domingos, el vestido de quince de la ahijada. Hasta acá, todo bien, es como es ahora. De acá en más, supongamos.

Póngale que hay otras costureras en el barrio. Una, en especial, La Porota, que además hacía esos trabajitos de arreglo: una cambiada de cierre, un zurcido, un dobladillo, un pitucón. Pero un día, por cuestiones que no vienen al caso, le clausuraron el taller. Entonces todas las clientas que arrreglaban sus ropas con La Porota empezaron a caerle a usted. Y vio cómo es, este barrio es bastante de medio pelo, así que las doñas que mandan a zurcir las medias del marido son muchas, muchas. Y usted empezó a crecer. Compró una overlok, contrató un par de empleadas a las que no les deja sindicalizarse, amplió el tallercito, tomando el living. Usted empezó a ganar mucha plata gracias al cierre del taller de La Porota.

Póngale que en el barrio hay una Sociedad de Fomento, cuyos directivos son elegidos por los vecinos. Póngale también que hay una fábrica de telas, que se llama "Telas para ropa S.A", propiedad de la familia Gramajo. Ajá. Ahora bien, resulta que un día vienen unos tipos y usurpan la Sociedad de Fomento, a golpe de puño y un par de tiros. El barrio, inmóvil en su mayoría por el miedo, los deja hacer, porque la Comisión Directiva anterior era un quilombo. Los vecinos creen que los usurpadores van a poner orden, y miran para otro lado cuando cagan a golpes a uno, o cuando secuestran a los que no los quieren. Usted, doña Clara, que es bien bicha y ya los conocía de antes, se acomoda bien. Digamos que les empieza a regalar trajes, camisas, hasta remeras para los pibes. Muy amiga de los usurpadores se hace. Tanto, que a todas las personas que vienen a su taller les habla maravillas de los intrusos, a la vez que habla pestes de los vecinos que están luchando por recuperar la Sociedad de Fomento.

Un día, los tipos estos se llevan puesta a la Familia Gramajo. Se la llevan puesta mal. Con torturas y todo. Entre otras cosas, estos tipos quieren quedarse con la fábrica de telas, que abastece a todas las modistas del barrio, que si no fuera por "Telas para Ropa S.A", se tienen que ir hasta el Once a comprar, y ahí ya tienen mayor costo, por el flete, vio. Estos tipos le proponen a usted y otras modistas, La Natalia y La Ramona, ser parte del asunto, agradecidos como están por tanta ropa y tanta propaganda que usted les hace. Y usted y La Natalia y la Ramona, bichas también, se prenden. Doña Liliana Gramajo, amenazada, torturada, violada, no tiene más remedio que venderles la fábrica de telas por dos mangos con cincuenta. Papita pa'l loro. "Telas para Ropas S.A." es repartida entre los intrusos, La Natalia, La Ramona y usted, doña Clara. Ahora sí. No sólo hace las pilchas de casi todo el barrio, sino que vende las telas a las demás modistas, al precio que se le canta, mientras se vende la tela a sí misma y a sus socias a precios irrisorios. Esto le da un poder de la hostia, doña Clara. Tanto que ahora les impone a las otras modistas los diseños suyos. Bastante hijo de puta lo suyo, doña Clara, sobre todo cuando casi toda la familia Gramajo terminó en una zanja. Pero todavía hay más.

Póngale que, mitá por la lucha de los vecinos, mitá por impericias propias, los usurpadores no tienen más remedio que irse. El barrio elige una nueva Comisión Directiva y vuelve a funcionar la asamblea de socios. Durante todo este tiempo usted sigue con sus negociados, la Sociedad de Fomento sigue teniendo una parte de la fábrica y nunca nadie cuestiona nada sobre la apropiación. Todas las Comisiones Directivas que pasan no dicen ni mu. Mientras tanto, usted sigue ganando plata a lo pavote, gracias al yeite de los zurcidos y a la fábrica de telas.

Con el tiempo y la vista gorda de la Sociedad de Fomento, usted compra la fábrica de zapatos del barrio, y la mercería, y la fábrica de hilos, y la de medias, y la de bombachas y corpiños, y la de delantales, y hasta la de gomitas para el pelo. En síntesis, usted, Doña Clara, tiene el
monopolio de la vestimenta del barrio. Y es sabido que la gente no puede andar en bolas por la calle.

Resulta que la actual Comisión Directiva de la Sociedad de Fomento no es como las anteriores. De hecho, buscó a los antiguos usurpadores y los llevó ante el juez, y los están metiendo en cana a todos. Y usted es cómplice, doña Clara, lamento decirle. La Comisión Directiva manda al revisor de cuentas para impedir que usted y sus socias sigan haciendo lo que les place con las telas. Y por otro lado empieza a ponerle límites a su ambición y la va obligando a desprenderse de algunos negocios. Usted se pone nerviosa, doña Clara. Y va y les reclama a algunos de la Asamblea que le deben unos cuantos trajes, y les promete más, hasta el abrigo para el perro les ofrece. Esos socios amigos suyos van a la radio del barrio y hablan pestes de la Comisión Directiva. Pero los vecinos, o al menos una graaaaaaaaaan parte de ellos, banca a muerte a la Comisión Directiva que eligió. Y la Presidenta de la Comisión tiene un informe sobre la apropiación de "Telas para Ropa S.A." que ahora va a mandar al juez. Qué quiere que le diga, doña Clara. Se vienen tiempos jodidos para usted. Probablemente tenga que devolver la fábrica. Probablemente tenga que mudarse de la casa con jardín que se compró y tenga que acomodarse en un monoambiente de 2 x 3 m, con reja. Con suerte tendrá vista al patio. Probablemente.

He dicho

martes, 24 de agosto de 2010

VERGÜENZA AJENA, ORGULLO PROPIO


Dos personas, dos éticas. Dos relatos, una verdad. Dos discursos, dos sensaciones corporales.

La primera persona: Luis Otero, abogado, locutor, conductor del "Noticiero del Trece". Su relato: la lectura del
infame comunicado de Clarín y La Nación. Un comunicado leído con voz grave, sin muchas curvas entonacionales, sólo las necesarias para denotar cierto énfasis, pero lo suficientemente pequeñas para aparentar imparcialidad. Es decir, un comunicado leído de modo tal que -si por la tonalidad de la voz fuera- no podría dudarse de su veracidad. Ya lo expliqué alguna vez. Las voces graves, con ritmo lento pero sostenido, tienen carácter de certeras. Uno no duda de lo que le dice Pancho Ibáñez, porque el tipo te dice las cosas despacio y con ese vozarrón que pareciera salir del sótano.

Luis Otero me provocó este mediodía un intenso dolor de estómago, unas profundas náuseas, VERGÜENZA AJENA. Lo escuchaba y me preguntaba cómo podía, cómo él, un abogado, periodista, supuestamente buscador de la verdad, cómo él que compartió un escenario con Madres de Plaza de Mayo cuando fue padrino de un par de egresados del ISER, cómo podía prestar su cara y su voz para semejante vileza. Cómo podía decir sin inmutarse que el gobierno pretende convertir la historia de Papel Prensa en un caso de lesa humanidad, que masomeno son unos nazis, y cagarse literalmente en el testimonio de Lidia Papaleo. No sólo en su testimonio. Cagarse en sus cicatrices, en sus dolores, en su cuerpo mancillado, en su ser torturado. Hasta dónde, me pregunto, una persona de bien puede rebajarse, hasta dónde debe besar los zapatos del que firma el cheque a fin de mes. Porque es un empleado, sí, pero no un esclavo. Y uno, como locutor, puede, sencillamente, no leer. Y en el peor de los casos, firmar una renuncia. Digo, si tiene un poco de pudor.

La segunda persona: MI PRESIDENTA. Su relato: la verdadera historia de Papel Prensa. La historia del despojo, la ignominia, la perversión. Una historia contada con gestos, inflexiones de voz, lectura de datos, una parva de papeles al costado. Un relato matizado con su propio pensamiento, sus convicciones, sus propuestas. Un relato con todos los condimentos que pone en una descripción narrada quien está seguro de lo que dice, quien sabe algo y lo pone en conocimiento de una comunidad. Una exposición implacable, valiente, con el peso de los hechos incontrastables, de los documentos, de los archivos.

Mi presidenta me provocó, una vez más, esa expansión del pecho, esa expresión de admiración en mi rostro, ORGULLO PROPIO. Propio porque es nuestra, del Pueblo, digo, y porque es mujer. La escuchaba y pensaba qué coraje, qué ovarios de acero tiene esta mina, que se planta de esa manera ante los poderes fácticos, económicos, mediáticos, políticos, que va a llevar el tema a la Justicia. Qué garra para apostar más aún, e ir por la declaración de interés público de la producción, distribución, y comercialización del papel de diarios, y la creación de una comisión bicamereal para la reglamentación y contralor de la ley. Qué claridad. "...No es para controlar a nadie, sino simplemente para que dejen de controlar a todos los argentinos", dijo mi Presidenta. Porque quien controla Papel Prensa controla la palabra impresa, dijo Clarín y coincidió mi Presidenta.

Dos personas, dos relatos, dos éticas, una verdad. Una verdad inocultable. Saberla, es una cuestión de Estado.

He dicho.

viernes, 20 de agosto de 2010

CHEEEEE... ¡¡¡¡DISIMULEN UN POCO!!!!



El "periodismo independiente" está arribando al summun del paroxismo. En una muestra brutal de hasta dónde se puede llegar en defensa de intereses corporativos, hace horas está dando clases magistrales de manipulación de la información.

En tres horas que hace que tengo sintonizado TN, están meta taladrar los cerebros desprevenidos con las "repercusiones" del affaire CABLEVISIÓN/FIBERTEL - LEY. Lo nombro así porque no es Clarín - Gobierno. Entendámoslo. El conflicto es entre una de las empresas del grupo monopólico y la ley argentina.

Han pasado legisladores, "especialistas en comunicación", juristas, y se han leído comentarios de Tuíter y Féisbuc. TODAS, ABSOLUTAMENTE TODAS LAS OPINIONES SON EN CONTRA de la medida tomada por la Secretaría de Comunicaciones. Ni un comentario a favor, ni una consideración en sintonía con la ley, ni una explicación de un funcionario. NI UNO.

Está bien, no sorprende. Ya sabemos que clase de independencia es la de TN. Pero, digo yo, podrían mechar un par de opiniones favorables, ¿no?. NI ANQUE SEA PA DISIMULAR UN POCO, DIGO

martes, 17 de agosto de 2010

¡LA LIIIIIIIIIBERTÁ NACIEEEENTE!



El gorrito de crepé, la pecherita de cartulina y papel glasé, el suéter y las medias can can azules que se te caen. La señorita Nélida con sus botas hasta la rodilla y una pollera corta a la que apenas tapa un guardapolvos. La señorita Nélida se pintaba los párpados de celeste y se delineaba así, el final de la línea en punta hacia arriba, como Elena Sedova, o Solita Silveyra. Y se pintaba las uñas de colorado con un triangulito blanco en el nacimiento, ahí arriba de la cutícula. Era dulce y buena la señorita Nélida, mi maestra de jardincito B (esa era la denominación de los jardines antes de que se inventaran las salitas de colores, jardín B era el de los 4 años, jardín A el de los 5). Era tan buena que me eligió para hacer de granadero de San Martín. Y a fin de año para hacer de Pipo Pescador y cantar la marcha de la Sopa. Pero esta historia es sobre San Martín.



A los cuatro años, San Martín era Alfredo Alcón. Remedios era Evangelina Zalazar y había una negrita que era Ana María Picchio. Ergo, yo era soldada de Alfredo Alcón, que - la verdad- había salido bastante mal en el cuadro que había en la dirección de la Escuela. En el salón de actos, íbamos tras la libertad naciente de medio continente, caminando entre montañas marrones con la punta blanca, hechas en papel afiche. Cruzar una cordillera de papel te hace sentir importante, aunque todavía no sabés muy bien por qué.


En la secundaria, San Martín era propiedad de los militares, que nos hacían ir a las siete de la mañana a desfilar, previo ensayo de días en el cole para poder caminar todos al mismo tiempo, izquierdaderechaizquierda. Un embole los desfiles sanmartinianos, todos cagados de frío, y si no ibas te comías la doble falta. La Patria aburría, era tan dura como las tablas del júmper, y se caía como las medias azules.

La primavera democrática trajo nuevas visiones sobre la Historia. Un poco más de neurona y la llegada de Jauretche sacudieron algunas ideas. Pero aún no llegaba al concepto de Fiesta.

La Patria se despeinó un poco, tan peronista ella. No sé si fue en el 93 o en el 94. Sé que estuve en la Plaza de Mayo con mi hija. Sé que escuchamos a León, a Víctor. Sé que a las seis de la tarde, los Granaderos arriaron la bandera en medio del silencio absoluto y respetuoso de la multitud. Un vientito popular llegaba desde el río, y tuve la imagen de una Patria despeinada, bailando al son del tamboril, de fiesta, con los hombros al aire, riendo y cantando. La Fanfarria Alto Perú empezó a tocar y a hacer bailar al gentío. Los pibes de adelante hacían pogo con el Himno Nacional. Y la gente no dejó ir a la Fanfarria sin tocar la Marcha de San Lorenzo. Mi hija, de unos diez años por entonces, y yo, volvimos a casa saltando porque hacía frío, y cantando a voz en cuello cabralsoldadoheroico. Mi hija vivía a su Patria con alegría, igual que hace un par de meses.

Anoche, la Cadena Nacional nos regaló otra emoción. Desde Yapeyú, la Sole hizo una versión preciosa y emotiva del Himno Nacional, que mezclaba tiempos de zamba y chacarera. Después, un granadero cantó la que me parece la más bella canción patria, el Himno a San Martín. Y al final, la Fanfarria Alto Perú tocó como sólo ella puede hacerlo, la Marcha de San Lorenzo. Y mientras cantábamos honorhonoralgrancabral, yo pensé que ahora San Martín puede descansar tranquilo: Latinoamérica está unida y la Patria está cada vez más cerca una fiesta.

He dicho




jueves, 12 de agosto de 2010

LILITA LO HIZO


Se rompió el Acuerdo Cívico y social. Hordas de manifestantes compungidos recorren las calles intentando dar un sentido a su vida...

martes, 10 de agosto de 2010

¡¡¡OHHHHH NOOOOO!!!! ¿¿¿Y AHORA QUÉ HACEMOS???



Alta desazón me produjo el título de TN: ¡¡¡Peligra el Acuerdo Cínico!!!

Yo, que había depositado mis esperanzas republicanas en fuerzas tan confiables como el PS, el Gen, los amigos radicales... toda gente eficiente y eficaz en la gestión, respetuosa de las mayorías y/o primeras minorías, toda gente acuerdista y dialogadora, toda gente como una, ahora deberé acordar sesiones extra con algún psicoanalista, para transitar esta decepción rayana en la depresión que me oprime el cerebro al punto de ponerme al borde del suicidio.

Ahí andan diciendo que el Agente Naranja, cual dioxina, está a punto de explotar y mandar al carajo a sus amiguetes radichetas y socialistas. Ta nojada la gorda. Ta chiva. El pobre Ricardito es el único puente, dice, mientras la rubia del flequillo grasoso que me hace acordar a mi profesora de anatomía de tercer año entiende que Biblita "está buscando la salida", y dicen las malas lenguas que está pintando unas prolijas y bonitas flechas en el piso. Por otro lau, el Hermes, muy diplomático él, dice que la presunta pegadora del portazo fatal tiene problemas de temperamento, en lugar de mandarla a la mierda y decir que está chapa chapa. En fin, todo esto me tiene muy mal.

Porque, pensémoslo: si se rompe el Acuerdo, hay más posibilidades de que en el 2011 el gobierno siga en manos de estos conchudos montoneros, corruptos, inútiles, resentidos, y seguiría la fiesta del derroche, el consumo, las netbucs pendejeriles, el despilfarro de guita de la AUH, que va a parar a la falopa y la timba, y los aumentos a los viejos, que van en tropel a las farmacias y se la patinan en pastillas para la presión.

Nos quedan veinte días de angustiosa espera... Si la gorda decide irse... ¡QUIÉN PODRÁ DEFENDERNOS?????
He dicho

lunes, 9 de agosto de 2010

UNA NIÑA PERONISTA


Resulta extraño que, en la memoria de una, determinadas cosas conserven sus dimensiones físicas con el correr de los años. Y que acrecienten su hondura. Suele suceder, digo, que el tamaño de algunos objetos cambie en la percepción personal en proporción inversa a la propia estatura. Recuerdo aquel bebedero del patio de mi colegio al que no llegaba sino en puntas de pie cuando estaba en el jardín de infantes. Cuando recorrí ese patio, años más tarde, el bebedero me llegaba a la cintura. Y así.

Hace unos días quiso mi buena estrella que mis pasos volvieran sobre las huellas que dejé hace más de treinta años en el Hotel Nº 3 del Complejo Turístico de Chapadmalal. Aquel ayer de viaje peronista que hice al finalizar el segundo grado - que ya relaté acá - se me juntó como la leche y el nescuic con este ahora de otro viaje peronista. Peronista en las dos ocasiones: aquella por obra y gracia de las Colonias de Vacaciones del 73, esta por su acceso vía sindicato, vía mejora de la situación económica kirchnerista y por si esto fuera poco, encompañerada.

Pensé que aquel edificio que cobijó mi asombro infantil sería en mi madurez menos enorme que en mis recuerdos. Y no. Así de grande era, nomás. Grande de todo grandor. Grande como para cobijar toda esa pequeñez obrera, como para acunarla en esas grandes barracas, para que haga gimnasia en esos grandes patios, para que se alimente feliz en ese gran comedor.

Y el mar, levemente celoso por un amor que debe compartir, también. El mar, grande y generoso, otra vez me regaló una piedra, mucho más bella que aquella que debe guardar mi vieja todavía.

Toda esa inmensidad puede achicarte los ojos, de veras. Puede metérsete en el pecho y hacerte niña otra vez. Y podés jugar con ese mismo mar que es tuyo porque tuyo lo hiciste con la primera mirada de boca abierta, como que te lo tragaste y nunca lo dejaste ir. Literalmente, porque tus labios no están tranquilos sin la frescura del agua. Y el aire salitroso te revuelve el pelo, se adueña de tu piel, se te mete en el alma, y te ensancha los pulmones. Igualito que él, fijate.

Recorriendo desde la adultez, se revelan otras cosas. Cómo nos olvidamos a veces de uno de los derechos que el peronismo nos hizo encarnar hasta el punto de ni pensar ya en eso. Y apreciar hasta qué punto lo hizo. Y cómo lo que vino después arrasó también con eso. Hablo del derecho al ocio. De la justicia del descanso. De que el trabajador tenga la posibilidad de pasar unos días como bacán. El peronismo no sólo le dio jerarquía constitucional. El peronismo llevó a los trabajadores a lugares que eran prohibidos para ellos. Salvo, claro está, que fueran como sirvientes de una oligarquía que también se había apropiado del mar, de la nieve, del reposo, de las montañas. Y entonces, por ahí, salían en la foto de los patrones, como esa que está en la mansión Ortiz Basualdo: familia típicamente garca, años 30, el padre, la madre y los ñiñitos, tan prolijitos, ropa almidonada. Y ella, la sirvienta, una piba de no más de dieciséis años, empujando el cochecito del bebé, con esa mirada sombría, sabiendo que su destino, el suyo y el de sus hijos, era ser parte de la servidumbre.

El peronismo no hizo un par de hotelitos de mala muerte. Construyó tremendos edificios, con bellas escaleras de madera, con todos los lujos, a escasos metros de la playa, para que los laburantes ni tuvieran que cansarse para ir a remojar las patas. Igual que los oligarcas. El peronismo devolvió lo que los dobleapellido habían afanado al Pueblo. También esto. Y cómo no van a odiarnos, si nos apropiamos de lo que nos es propio y ellos pretendían suyo. Hasta el mar. Si les llenamos las playas de señoras con sánguches de milanesa, de mate y bizcochitos de grasa, de sudores, de pelotas, de toallones multicolores. Tuvieron que arrellanarse en sus mansiones porque el olor a bosta no combina con el olor del jabón federal, pero sí con los perfumes franceses. Cómo no van a odiarnos si tuvimos acceso a sus privilegios.

Privilegios que tengo yo. Niña peronista. Mujer peronista.
Y nos seguirán odiando, porque no vamos a parar hasta que los tengamos todos.

He dicho.

miércoles, 4 de agosto de 2010

ESTAMOS TODOS TAN MAL QUE MEJOR NOS VAMOS DE VACACIONES

Todo se va al carajo. La gente no ahorra. Eso decía el monopolio en la tele y lo repitió esta mañana en el pasquín. Por suerte estos pendejos cacharienses se ocupan del asunto.

Yo agregaré sólo un poco. Además de comprarse lcds, la gente que está re mal porque no puede ahorrar, para olvidar el mal trago,
parece ser que se tomó el palo indiscriminadamente, y dejó fangotes de guita.

Soy testigo de ello, soy una de las que en vez de ahorrar decidió viajar. Unos días en Mar del Plata, no mucho, en hotel de la mutual, tarjeteando pasajes. Pero pude. No siempre pude. De hecho, puedo hacerlo desde el 2004. Qué cosa.

Marpla estaba hasta las manos. El sábado a la noche, cuando llegamos, la peatonal parecía Florida a las tres de la tarde. En la semana mermó un poco la cantidad de gente, pero igual era una bocha. Los comederos, atiborrados. Había cola para entrar en unos cuantos. En Chapadmalal (se viene un post al respecto) cientos de viejos jaraneaban gracias al PAMI. En cada negocio, si pensabas comprarte un suéter, por ejemplo, había varias personas antes que vos. Y casi todos compraban. Y sí. Mejor abrigarse que guardar la plata en el chanchito. El chóping, ppppffffffffffffff. Hubo cola en el cine cuando se estrenaba Shrek. Había gente hasta en los restaurantes más finolis, esos con ventanales al mar. Hasta el Auditorium se llenó cuando tocó el
Chango Spasiuk (vayan y escuchen esa belleza).

Bué. Todo para la mierda. Evidentemente estos K no saben nada de economía. ¡¡¡Así no se puede vivir, cheeeeeeee!!!

ESTE BLOG ESTA ORGULLOSO DE SER PARTE DE LA MIERDA OFICIALISTA