"El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza." ARTURO JAURETCHE

jueves, 4 de noviembre de 2010

EL PONCHITO DE LOS POBRES


Un montoncito de viejos en las afueras de Milano. El invierno es crudo y ellos son pobres de toda pobreza. Por entre las nubes pesadas asoma, anhelado, un humilde rayito de sol. Apenas alcanza a entibiar unos pocos metros cuadrados. Los viejos se apelotonan ahí, al reparo de ese impensado poncho que de repente se corre un poco, y los obliga a trasladarse amontonadamente juntos esos indispensables metros para ampararse de la dureza del invierno

Siempre me conmovió esa escena de “Milagro en Milán”. Esa sencillez, ese ojo piadoso de la cámara, esos pocos cuadros de celuloide para mostrar la verdad irrefutable que el Pueblo sabe por Pueblo: el sol es el ponchito de los pobres.

Sucede que a veces, algunas personas pasan por nuestras vidas con esa impronta de tibieza, de reparación, de restauración, diría mi amigo Dorio. Pasan por mi cuero algunas imágenes de estos días donde el dolor y el agradecimiento van tomaditos de la mano. Nadie nos lo contó, lo vimos en la pantalla, en los abrazos que derrapaban en llanto desconsolado, en el relato de nuestros compañeros de interminable fila, de innumerables horas, de cansancio acumulado. Compañeros de sollozo y gritos y puteadas, y o juremos con gloria morir, andatecoboslaputáqueteparió. En nuestras propias miradas perdidas.

Una jubilación, una pensíón, una asignación para el pibe, un trabajo, el asfalto de la villa, la iluminación de la calle, el agua, la piba que volvió al cole, la casita, el asado, los domingos. Esas cosas relataban bocas desdentadas, pieles curtidas, pelos chuzos, ojos cansados de tantos años de desolación y olvido. Pobres como los de De Sica, desangelados porque el rayo de sol se les corrió unos metros y de pronto pareciera que no hay cobijo posible. Pobres que fueron a agradecer estos apenas siete años de ponchito.

Nosotros, los bien comidos, los que estuvimos muy mal pero no llegamos al fondo, los que nunca salimos a cartonear, los que terminamos secundario y estudios superiores, relatábamos aquella imagen del cuadro del genocida que se bajaba, la recuperación de la política, de la dignidad, la unidad latinoamericana, el crecimiento económico, el corte de manga a los buitres, el enamoramiento de la Patria y sus símbolos, la voluntad de volver a la militancia, el regreso de la alegría. Cosas no por conceptuales menos concretas.

Los otros… no merecen ni una línea.

Todos menos los otros sabemos por Pueblo que Néstor fue eso, un rayo que entibió la Patria, que nos arrebujó, nos arropó, nos nutrió con su tozudez, con sus convicciones que no dejó en la puerta de la Rosada, tal como lo había prometido. Néstor es un rayo que nos seguirá entibiando.

Algunos pretenden hacernos creer que se nos vino la noche. O peor aún, que se nos vino el invierno. La verdad es que desde hace unos días sólo está nublado. Pero sepan que estamos en plena primavera. Y no vamos a parar hasta que el verano llegue a todos.

He dicho

3 comentarios:

  1. El sol...El ponchito de los pobres...Yo todavía digo,como los viejos peronistas de los 50. ES UN DÍA PERONIIIISTA!!! cuando me asomo a la ventana y veo el sol, y no hay viento, y en el invierno el frío no te mata. Es un día peronista. ¿Mejor síntesis que esa?
    Ja, algunos gorilas en mi ciudad todavía dicen que un día peronista es aquel en que el viento te lleva puesto. Capaz que tienen razón. EL viento de la Historia.
    Aguanten los días peronistas por venir.

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  2. Aguante, Gréis!!! No vamos a parar

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  3. Le diste un brochazo de ternura a tanto día gris en el alma. Néstor es ese rayito de sol y mirá vos, había un bronceador que se llamaba así (no se si se seguirá vendiendo). Bueno eso de hablar de nuestras reivindicaciones, las de los bien o simplemente comidos, con las otras, esas de las simples "gracias Néstor". Seguro que el Flaco miró de reojo a Evita cuando escuchó los "gracias" y ella, con ese tono cálido pero firme le habrá dicho: "esta vez son para vos, hijito".

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LO LAMENTO DE VERDAD. OTRA VEZ HAY MODERACIÓN DE COMENTARIOS PORQUE HAY CAGONES QUE CONFUNDEN LIBERTÁ CON LIBERTINAJE. HE DICHO

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