"El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza." ARTURO JAURETCHE

miércoles, 28 de enero de 2009

A LLORAR A LA LLORERÍA



Ayer, un indignado Eduardo Buzzi salió a despotricar, como todos sabemos, contra las "insuficientes" medidas del gobierno para paliar la situación de los productores agropecuarios por la sequía.

Entre todas las barbaridades que dijo, hubo una que me llamó poderosamente la atención. Cito casi textualmente: "El gobierno debería tomar medidas extraordinarias, porque son extraordinarios los aportes que el campo ha realizado en estos años".

El pescado por la boca muere. Quiero creer que algunas de las señoras que mira la tele y vieron y escucharon esto habrán tenido un flash de raciocinio y habrán podido intuir que si el campo ha hecho aportes EXTRAORDINARIOS es porque ha tenido GANANCIAS EXTRAORDINARIAS en estos años peronistas. Quiero creer que a alguna vieja se le ocurrió esa sencilla repregunta que al movilero de turno evidentemente no se le pasó por el marote, o se le pasó y la descartó rápidamente pensando en su recibo de sueldo.
Yo me quedé pensando que a lo mejor Buzzi tiene razón. El gobierno debería tomar medidas extraordinarias. DEBERÍA DARLES UNA EXTRAODINARIA PATADA EN EL ORTO e invitarlos gentilmente a llorar a la llorería

jueves, 22 de enero de 2009

CENSURA A CRISTINA EN CANAL 9

Canal 9 empieza con sus noticiosos a primera hora. A las 12 del mediodía y a las 7 de la tarde. "Para enterarte antes que nadie" "para saber lo que pasó durante el día" son los eslóganes respectivos de estos informativos que, desde el lunes, están haciéndonos saber que: en Mar del Plata se puede caminar sobre el agua adentro de una pelota de plástico, las chicas ofrecen sexo por messenger para costearse los estudios, a una mina le envenenaron las tres perras, a una vieja la trompearon para sacarle plata, y demás cosas importantísimas para el desarrollo de una sociedad moderna.
Ahora, del viaje de la presidenta de TODOS los argentinos a Cuba y Venezuela, de su reunión con Fidel, de sus declaraciones, NI MU. Para Telenueve no existe la primera mandataria. El lunes al mediodía dije buó, capaz que no llegaron a editar. Pero ya estamos a jueves y estos tipos siguen haciendo silencio de tele con respecto a la actividad presidencial. No hay presidenta, no hay viaje, no hay ni mierda.
Ahora me pregunto... Todos esos bolas tristes que salieron a denunciar una supuesta "censura" a Cleto por parte de los empleados de Canal 7 porque no transmitieron su estúpida sonrisa en el festival de Jesús María... ¿no dicen nada del vergonzante silencio de un canal sobre la actividad desarrollada por la Primera Mandataria en el extranjero???? ¿Es más importante la jeta de una figura de adorno en un festivalito folklórico que los actos de gobierno de Cristina en el exterior?
Que cierto periodismo desinforme adjetivando miserablemente una crónica, como hace canal 13, es algo a lo que ya estoy casi acostumbrada, y es casi un ejercicio crítico sentarse a ver el noticiero del 13 ni anque sea pa practicar las distintas formas de la puteada. Pero el silencio absoluto raya lo absurdo. No da ni pa putear.
tELENUEVE: NO SOS YO

miércoles, 21 de enero de 2009

DOS POTENCIAS SE SALUDAN


Ahhhhhhh ajajajajajajajaj!!!! ¿Qué van a decir ahora los que sostenían que Cristina no iba a poder sacarse la foto con el compañero Fidel???
Mi presidenta estuvo reunida, finalmente, con el Comandante, antes de partir hacia Venezuela. Hablaron de Obama, del bloqueo, de la situación internacional, entre otras cosas.
Todo, aún cuando el Comandante está, en estos días, levemente desmejorado en lo que a su salud se refiere. Parece que la visita de mi presidenta le resultó más importante...
ES PARA LA GORDA QUE LO MIRA POR TV!!! jajajajaja

UN TRAJECITO VERDE


Verde loro. Es el color que nuestras madres y las viejas tipo Mitha Legrand nos enseñaron a no ponernos. Porque no es elegante, porque es de mal gusto, porque es de negros. Entonces, toda mujer con cierta exposición que quiere dar imagen de eficiencia, opta por los trajecitos negros, azules, grises, a lo sumo un marfil, que da tan “bian”. A eso le suman, a cierta edad, un cortecito carré y una teñidita de rubio platinado (¿me siguen? -Nooooooo, no te sigo, gorda infame). Y lucen su tostado esteño o de cama solar. Y pretenden que las arrugas denotan maldad, ergo, las que no tienen arrugas son buenas. Pobres. Los gordos no tienen arrugas porque la piel se les estira desde adentro. Eso nomás.

Mi presidenta se puso un trajecito verde. Y estaba tan linda. Y como no le basta con estar linda, habla. Y ahí nomás, a cuarenta kilómetros del imperio con presidente negro (desteñido), se da el lujo de reclamar el levantamiento del bloqueo a Cuba. Y como no le basta con hablar, hace. Y firma acuerdos de cooperación con el país hermano. Todo esto mientras el mundo está pelotudo con la gran democracia del norte. Y a ella le importó un bledo. Mencionó la cuestión y rescató algunas cosas, porque, encima, es bien educada. Y lo hizo con su autoridad que le sale por los poros. Yo la veía caminar con su trajecito verde y decía qué coraje. Hay que tener mucha seguridad en sí misma para ponerse eso y que encima le quede tan bien. Y ¿de qué me asombro? Mi presidenta se bancó un corte de rutas feroz durante cuatro meses. Mi presidenta manda, decide, gobierna en un país partido, con un bolsón de hijos de puta que no dejan de llevarse la plata en carretilla. Mi presidenta no se queda pataleando ante los micrófonos de los canales amigos, labura como una loca para sacar esta Patria adelante. Y viaja. Y cuando viaja sigue gobernando, porque no vayan a creer estos giles embanderados que se va de paseo…
Mi presidenta me reconcilia con mi género, me hace sentir orgullosa de ser mujer.
Ahí va mi presidenta, con su pelo largo y morocho, su palidez, y su trajecito verde.

OBAMA ME TIENE PODRIDA

Harta, hastiada, saturada, aburrida. Así estoy con la asunción del “primer presidente negro de EEUU”. Como si fuera gran cosa. Como si Sudáfrica no hubiera tenido a Mandela, superando el aparheid. Como si Bolivia no tuviera un pesidente indio. Como si Argentina y Chile no tuvieran presidentas mujeres. Como si Brasil no tuviera un presidente obrero. Los países subdesarrollados hemos demostrado acabadamente que para nosotros el acceso al poder de los sectores populares es sustancialmente importante. Y no hacemos tanta alharaca con eso. Lo siento por los millones de negros que se emocionan porque es lógico, después de tantos años de ver sus derechos por el piso, uno de ellos (uno bastante desteñido, para ser sinceros) ha llegado al poder.
Estoy podrida de la suegra de Obama, las hijas de Obama, la mujer de Obama, la corbata de Obama, la custodia de Obama, los dos millones de personas que fueron a ver a Obama (masomeno la misma cantidad de gente que fue a recibir a Perón a Ezeiza).
Estoy hastiada de los tilingos de nuestro país que se conmueven por Obama y acá a los negros los explotan, cuando no pueden mandar a cagarlos a palos.
Estoy saturada de las viejas de barrio norte que critican a Cristina porque no fue a lo de Obama, sin saber que NINGÚN mandatario va a las asunciones presidenciales.
Estoy aburrida de los paparulos que suponen que todo va a ser mejor por Obama. Como si el hecho de ser negro y demócrata lo hiciera automáticamente buenito. Como si no fuera el presidente del imperio, y como si el imperio fuera a dejar de serlo porque tiene un presidente negro desteñido. Como si no hubiera llegado porque se lo permitieron, porque los halcones están sospechando que no hay demasiado peligro con este muchachito, y si seriamente lo hubiera, no dudarían en armar un cruce de balas y encontrar a algún pelotudo que pague por el magnicidio. A mí no me joden. Lo único diferente es que ahora el imperio tiene un presidente negro… ¿y qué?

jueves, 8 de enero de 2009

EL GAUCHITO GIL - un santito peronista

Será que para llegar al santuario tengo que cruzar todo el barrio de mi infancia: el club donde aprendí a nadar, el hospital donde nací, la placita donde jugaba al salir de la escuela, la esquina del martonero, la iglesia a la que iba con mi nona a rezar los quince sábados, la plaza con mi calesita preferida, que ahora homenajea a Homero Manzi.
Será que a la vuelta vengo medio mareada, mitad por el medio litro de tinto que me tomé al rayo del sol, un 8 de enero a la una de la tarde hora peronista y esa mezcla rara de olores y temperaturas: los vinos destapados, las velas rojas, los cigarros encendidos, la transpiración de los morochos con sus panzas al aire, el perfume barato de las mujeres –algunas de las cuales disimulan su morochez gracias a la tintura hecha en casa, que ni de peluquería, como las rubias de barrio norte que tampoco son rubias porque después de los 30 ninguna es rubia, sépanlo, salvo las nórdicas o germanas, y por estos lares no hay demasiadas-.
A todo este emboyeré se suma el chamamecito bien maceta que sirve de música de fondo a los rezos de los promeseros y el humo que llega desde la calle, plagada de puestitos de choripán, vacío, pollo, empanadas fritas, chipacito y sopa paraguaya.

Por lo que sea, hoy tengo ganas de escribir sobre el Gauchito Gil.

Conocí la historia en los maravillosos y duros años que viví en el nordeste, que me dejaron un montón de cosas en la cabeza y el corazón, y una hija solidaria y correntina.

Se cuenta que Antonio Mamerto Gil era uno de estos gauchos bandoleros, tipo Mate Cosido o los hermanos Velázquez, que afanaba a los ricos y repartía el botín entre el pobrerío. Ya desde ahí cae simpático el tipo. Que fue desertor en la “guerra” entre celestes y colorados, a mediados del siglo XIX. Que lo agarraron y lo condenaron a muerte. Que como la gente lo quería y se lo tenía por buen hombre, se juntaron 20 firmas de “notables” para pedir su perdón. Que el perdón llegó tarde, pero él, antes de que lo colgaran, le avisó a su verdugo que su hijo estaba enfermo y que como estaba derramando sangre inocente le iba a tener que pedir a él que intercediera ante Dios para que el gurí se cure. Que el sargento, efectivamente, cuando llegó a su hogar encontró a su hijo muy enfermo, y que le pidió al Gauchito, y se convirtió en su primer devoto. Que puso una cruz y un par de tacuaras con cintas rojas allí donde lo habían matado – porque el gauchito era federal (y sigue cayéndome bien). Hay una versión más que habla de la decisión del dueño de las tierras en las que se encontraba el santuario, de trasladar el cuerpo del gauchito al cementerio local, molesto por la incesante llegada de miles de promeseros, y del posterior derrumbe económico y familiar que sufrió este hombre, que se revirtió cuando volvió a asentar el santuario en su lugar original.

Son muchas, miles las historias de milagros que realizó el gauchito. Dicen que al morir prometió que su sangre inocente iba a volver en milagros para su Pueblo. Y es el Pueblo quien se arrima a los altares, con su fe sencilla, profana, el que prende su velita, deja su vino o su vestido de novia, una trenza, un paquete de puchos, el título, una chapa de auto, una carta o un poco de plata. No hay especulación. Se pide, se promete, se agradece. Y cualquiera que llega puede tomar de allí lo que necesita y en otro momento devolverlo. Porque además, está eso, la solidaridad. Por eso también me cae simpático. Y porque es un santito colectivo: sus altares no están en las casas o en las iglesias, sino en la calle, a la vera de los caminos, en las veredas. Se reparte. Y eso es bien peronista. Nadie lo administra. No hay un Papa, un Rabino, un Monje, un nada que diga cómo y cuándo se debe honrarlo. Y la iglesia católica no lo va a beatificar nunca, por gaucho retobado.

No va a faltar el positivista que despedace mi relato por su falta de rigor científico. Ese mismo positivista concluirá conmigo en que no hay ciencia que pueda contra la fe. Y, permítanme, a mí la fe de un Pueblo en un gaucho retobado, me conmueve.
Me conmueve el hombre que se puso su mejor traje de gaucho, bombacha plisada y camisa rojas, ristra de monedas relucientes a la cintura, facón plateado en la espalda, botas prolijamente lustradas. Y la muchacha con su remera colorada, y la panza alunada de una señora, casi a punto de parir, que besa la imagen del santito y traslada el beso a su vientre florido. Y el muchacho, músculos negros, tan machazo él, arrodillado en medio del gentío, arrodillado como no debe arrodillarse en ninguna otra ocasión. Y los gurises correteando, empanada en mano, tranquilos y seguros, porque allí no hay daño posible. La vieja del quiosquito de enfrente, que me vendió el vino y me indicó por dónde andaban pasando los colectivos para volver de Ing. Budge al centro, y me despide diciendo que el gauchito me bendiga. Y hasta el colectivero del 32, que hoy tiene más laburo que nunca, y nos lleva con una sonrisa y su cinta roja colgada en el parabrisas.

Por eso, cuando vayan por los caminos de la Patria y vean a los costados de las rutas una pequeña estatua de un gaucho con una cruz detrás, rodeada de banderas, flores y estandartes rojos, sepan que es el santuario del gauchito, y aminoren su marcha, toquen bocina o hagan un gesto. Si no creen en el Gauchito, que sea en honor al Pueblo que cree en él.

CURUZÚ GIL (Paí Julián Zini)
Ni bien volvió la partida,
cumplida la comisión
se comprobó su inocencia
y la gente se enteró
por los mismos matadores
de todo lo que pasó
y de la cruz de espinillos
que allí clavada quedó.
La cruz que tanto barullo
vino a suscitar después
cuando el dueño del lugar
barrió con todo,
alli fue que se quedó medio loco
y le empezó a suceder
una collera de cosas
que son para no creer…
Desde entonces los viajeros
le dejan algo al pasar
plata, velas o cigarros
que uno le puede ocupar
con tal que rece al llevarlos
por el difunto, nomás.
No vaya a pasar de largo
chake le puede ir mal…
si con rezar un bendito
no pierde y ha de ganar
Los promeseros le dejan
para pagarle un favor
mástiles de tacuara
banderas de su color
casi todas coloradas
que agradeciéndole a dios
se destiñen en el viento
bajo la lluvia y el sol…
Cruces de hierro forjado
también suelen llevar
y hay promesas que se pagan
con un baile en el lugar…
Por eso algunos domingos
de acordeón y mbarará
resucita la bailanta
y es ese un milagro más…
Dicen que fue su delito
soñar con la libertad
no aguantarse la injusticia
y alzarse al monte nomás…
Tal vez por eso la gente
le reza cada vez más
y hay quien dice que a la larga
mi pueblo lo va a imitar.

miércoles, 7 de enero de 2009

LOS AMIGOS DE GOLIAT (O cómo nos engaña la Biblia)


El relato bíblico es archiconocido: hebreos contra filisteos, estos últimos quieren dirimir el entuerto desafiando a los primeros a que derroten en combate uno a uno a su héroe: Goliat, un urso de vaya a saber cuántos metros, fiero como yo cuando me levanto con resaca y malo como la peste. Se presenta un tal David, un alfeñique de 44 kilos –sin el photoshop de Miguel Ángel-, que es de los buenos, con sus rulitos y su buena onda (y su buena honda). Con este simpático adminículo el Davidcito le encaja un certero piedrazo entre ceja y ceja al urso filisteo. Ganan los buenos, David más tarde es rey, comen perdices, fin.

La tortilla se volvió, en este caso David se hizo palestino, tira unos cuetes para el lado de Goliat, que le ocupa el territorio desde hace 40 años, y Goliat, que cuenta con uno de los ejércitos más poderosos de la tierra, le bombardea escuelas, casas, ambulancias.

Los amigos de Goliat le piden tibiamente que cese el fuego. Goliat dice ¡Minga! Pero como es buenito silencia sus tanques durante tres horas para dar paso a la ayuda humanitaria. Los niños de David, agradecidos: ahora pueden soñar con tres horas más de vida.

En la mesa grande de las naciones, no terminan de ponerse de acuerdo. No pueden emitir un puto comunicado de condena al ataque de Goliat, porque no encuentran las palabras adecuadas. No saben cómo nombrar. Desde este rincón de Latinoamérica les tiramos una sugerencia: MASACRE. Es la palabra que en castellano define a la matanza de personas indefensas producida por ataque armado. Pero los amigos de Goliat, que se sientan en la cabecera de la mesa, se hacen olímpicamente los boludos con esta palabra, básicamente porque también define algunas de las tropelías que se mandan en oscuros parajes del mundo, de un oscuro tirando a petróleo. Pero de qué me quejo: al menos pidieron una investigación “independiente” sobre el ataque a las escuelas.

Las voces duras provienen del patio trasero que no quiere ser patio, y mucho menos trasero. El muchacho Lula le dio con un palo al amigo más grandote de Goliat, que tiene poder de veto en la mesa de las naciones. Nuestro gobierno emitió un comunicado de condena –vía cancillería- a la incursión terrestre de Goliat en la casita de David, y el uso desproporcionado de su fuerza. El morocho caribeño fue un poquito más allá y echó al embajador de Goliat en su país. Pero ya sabemos cómo es el morocho caribeño…

En fin… habrá que reclamarle al cura, o al rabino, o a quien fuere. Este David no le está por ganar a Goliat, porque Goliat tiene pocos pero poderosos amigos. Así que métanse la historia en el orto.

Tana 07/01/09

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