YO QUE NO CAZO UN FULBO...

...Huevo y corazón, me dijo mi amigo Krencha (blogueramente conocido como Dr K) antes de recordarme que me quiere. Lo hizo -calculo- en medio de los saltos, con las rayas de la camiseta pincha pintadas en la piel y una banderita de taxi libre en cada mano. Loco loco loco me habrá escrito ese mensajito anoche, mi querido Krencha. Y loco loco loco me despertó esta mañana con otro mensajito, ocho y pico de la madrugada, para informarme que la plaza peronista es pincha. Y que aguante la Ciudad Eva Perón.

Y yo me levanté con el corazón atolondrado, pensando en estas cosas del fútbol, y las pasiones, y el griterío, y Krencha, y esa ciudad peronista que nos dio una Presidenta, un tipo como el Bebe Cooke, y tantos tipos que se jugaron la vida por una Patria.

Estas cosas del fútbol me llevaron a decir siempre que cualquier pelotudo es bostero o gallina, que cualquier papafrita se hace fanático del último campeón, o del que tiene más plata, pero que el verdadero hincha va por su barrio, por su terruño, por las cosas más profundas de su infancia, por los valores que se inculcan desde el potrero. Por eso, HINCHA, lo que se dice hincha, es el sufrido racinguista, el canalla, el fortinero, el cuervo, el de For Ever o Mandiyú. Capaz que siempre dije eso nomás porque soy una cuerva acérrima, nacida en Pompeya, y es la forma de defender mi atormentada e irreductible pasión por un equipo que en mis 42 años me ha dado más tristezas que alegrías.

En estos días ví en la tele a una señora platense que decía que si Giccc-nasia no se salvaba del descenso iba a a quemar las banderas de su club. Y recordé cuando nos fuimos nosotros a la B, la tristeza en el barrio, la misma tristeza del 29 entre los compañeros -por algo infinitamente más serio- y tantas tristezas que tuvimos tantas veces, que nunca, pero nunca nos harían decir semejante monstruosidad porque los trapos se bancan en las buenas y en las malas, cuando salimos campeones o nos vamos al tacho, cuando podemos hacer justicia o cuando un hijo de re mil putas nos vota no positivo, cuando ganamos la elección o cuando descubrimos que por ahora los gorilas son más...

Pero este posteo no era para hablar del Glorioso Ciclón, ni de política. sino de esos tipejos que no se cansan de festejar, de esa copa que hacía como 30 años que no ganaban (y nosotros todavía no pudimos tener), y de las lágrimas del Krencha, que debe tener una disfonía de aquellas, pero está feliz hasta la puta madre. Y de la alegría que once chabones pueden darle a media Ciudad Eva Perón. Ah, y de un técnico que dice "Llevo en mis oídos la más maravillosa música que es para mí la voz del pueblo pincha".

Yo lo buscaba al Krencha en las imágenes del noticiero. Y pensaba en su gorrito, y su camiseta, y la bandera que seguramente tenía sobre la espalda, y me imaginaba qué pensarían de él los insignes catedráticos que lo escuchan en esas conferencias en las que no vuela una mosca. No lo encontré. Pero no importa. Ese tipo, el Krencha, con el que estuve sentada en las escalinatas del monumento del congreso, con lágrimas en los ojos cuando derogábamos las leyes de impunidad, ese tipo que se disfrazó de los tres reyes magos para darle otro sentido al regalo de mi hija, ese tipo que no puede más con su peronismo que se le sale por cada poro aunque se niegue, no acepte, no asuma, ese tipo al que le quedé debiendo el escrito de cada año para su cumple, ese tipo que me chucea a veces por acá para no dar el brazo a torcer con ese peronismo que lleva dentro, ese tipo que quiero hasta la obsecuencia, ESE tipo, hoy está feliz por algo tan simple e intenso como un fulbito.

Desde este corazón peronista y azulgrana, al gran pueblo pincha SALUD!!!

Y a vos, adorado mío, el amor de siempre. Y VIVA PERÓN, CARAJO!!!

He dicho