Verde loro. Es el color que nuestras madres y las viejas tipo Mitha Legrand nos enseñaron a no ponernos. Porque no es elegante, porque es de mal gusto, porque es de negros. Entonces, toda mujer con cierta exposición que quiere dar imagen de eficiencia, opta por los trajecitos negros, azules, grises, a lo sumo un marfil, que da tan “bian”. A eso le suman, a cierta edad, un cortecito carré y una teñidita de rubio platinado (¿me siguen? -Nooooooo, no te sigo, gorda infame). Y lucen su tostado esteño o de cama solar. Y pretenden que las arrugas denotan maldad, ergo, las que no tienen arrugas son buenas. Pobres. Los gordos no tienen arrugas porque la piel se les estira desde adentro. Eso nomás.
Mi presidenta se puso un trajecito verde. Y estaba tan linda. Y como no le basta con estar linda, habla. Y ahí nomás, a cuarenta kilómetros del imperio con presidente negro (desteñido), se da el lujo de reclamar el levantamiento del bloqueo a Cuba. Y como no le basta con hablar, hace. Y firma acuerdos de cooperación con el país hermano. Todo esto mientras el mundo está pelotudo con la gran democracia del norte. Y a ella le importó un bledo. Mencionó la cuestión y rescató algunas cosas, porque, encima, es bien educada. Y lo hizo con su autoridad que le sale por los poros. Yo la veía caminar con su trajecito verde y decía qué coraje. Hay que tener mucha seguridad en sí misma para ponerse eso y que encima le quede tan bien. Y ¿de qué me asombro? Mi presidenta se bancó un corte de rutas feroz durante cuatro meses. Mi presidenta manda, decide, gobierna en un país partido, con un bolsón de hijos de puta que no dejan de llevarse la plata en carretilla. Mi presidenta no se queda pataleando ante los micrófonos de los canales amigos, labura como una loca para sacar esta Patria adelante. Y viaja. Y cuando viaja sigue gobernando, porque no vayan a creer estos giles embanderados que se va de paseo…
Mi presidenta me reconcilia con mi género, me hace sentir orgullosa de ser mujer.
Ahí va mi presidenta, con su pelo largo y morocho, su palidez, y su trajecito verde.
Mi presidenta se puso un trajecito verde. Y estaba tan linda. Y como no le basta con estar linda, habla. Y ahí nomás, a cuarenta kilómetros del imperio con presidente negro (desteñido), se da el lujo de reclamar el levantamiento del bloqueo a Cuba. Y como no le basta con hablar, hace. Y firma acuerdos de cooperación con el país hermano. Todo esto mientras el mundo está pelotudo con la gran democracia del norte. Y a ella le importó un bledo. Mencionó la cuestión y rescató algunas cosas, porque, encima, es bien educada. Y lo hizo con su autoridad que le sale por los poros. Yo la veía caminar con su trajecito verde y decía qué coraje. Hay que tener mucha seguridad en sí misma para ponerse eso y que encima le quede tan bien. Y ¿de qué me asombro? Mi presidenta se bancó un corte de rutas feroz durante cuatro meses. Mi presidenta manda, decide, gobierna en un país partido, con un bolsón de hijos de puta que no dejan de llevarse la plata en carretilla. Mi presidenta no se queda pataleando ante los micrófonos de los canales amigos, labura como una loca para sacar esta Patria adelante. Y viaja. Y cuando viaja sigue gobernando, porque no vayan a creer estos giles embanderados que se va de paseo…
Mi presidenta me reconcilia con mi género, me hace sentir orgullosa de ser mujer.
Ahí va mi presidenta, con su pelo largo y morocho, su palidez, y su trajecito verde.
Hola Roxana... acabo de descubrir tu blog y este post con un tema en el que justo esta mañana estaba pensando.
ResponderEliminarSon muy pocas las mujeres que se animan a ponerse un trajecito de ese color tan lindo pero tan mal visto por las conchetas que solo viven de las apariencias.
Muchos hemos notado que, la mayoria de las barbaridades que dicen de Cristina vienen de mujeres. Ese odio de género que sólo una mujer puede sentir por otra ya sea por envidia o por machismo.
Es muy de mujeres eso de menospreciar a otra sobre todo cuando piensa,,, creo que eso les jode sobremanera y ni hablar si son hombres los que la adulan.
Me gustó el post
Saludos desde el bosque,,,,
Es muy linda la presidenta...(y tambien es muy linda la dueña del blog)
ResponderEliminarHola Marice... En realidad hace tiempo que andaba con esas cosas en la cabeza, justo me calzó lo del trajecito. Una mostra nuestra presi. Ya te agregué. Abrazo.
ResponderEliminarANÓNIMO: Tengo un oculista amigo que puede ayudarte... jaja
Tani...todo lo que dijiste MASSSS el trajecito naranja que tenia cuando fue a ver a Fidel!
ResponderEliminarclaro y , aparte, el coraje de estar en Cuba cuando estuvo, que es, a mi entender, cuando debia estar. salute!
Muy bueno, Tana!
ResponderEliminarCoincido también en lo que plantea Maricé en cuanto a que la mayoría de las barbaridades -las más bajas y berretas- contra la presi provienen de las mujeres, parte del enooooormeeee aporte histórico que muchas de nuestras compañeritas de género vienen realizando al fomento del machismo gorilista en nuestra sociedadoccidentalycristiana ("Pegame que me gusta!").Guada
Cierto, Guada. Por eso digo que la presi me reconcilia con el género. Por todas esas chitrulas que dan vergüencita.
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