Esa mierda de los derechos humanos -como escuché hace unos días decir a una señora cuyo marido fue asesinado- entrelaza hoy dos historias teñidas de peronismo. Este mediodía apareció definitivamente Martín, el hijo de Guillermo Amarilla y Marcela Molfino, militantes montoneros desaparecidos durante la contraofensiva del 79, en la que cayó buena parte de la conducción de la orga.
Historia, la de Guillermo, que conocí en mis años de chaqueña por adopción. Guillermo, inolvidable militante montonero, jefe de la Regional IV de la JP. Las calles de Resistencia, los campesinos del Chaco, los algodonales que ya casi no existen, fueron testigos que aún guardan las luchas de Guillermo, Marcela, y tantos compañeros, en el ardor del viento norte . La huella de la JP es aún palpable en el Chaco, los relatos hablan siempre de pendejos metidos hasta el caracú en esa gesta de hacer una Patria ni anque sea a los tiros, una cuestión de justicia, la inquebrantable voluntad de reparar la infamia de un país al que se le impedía con tanques la dignidad de su Pueblo.
Historia, la de Guillermo, que conocí en mis años de chaqueña por adopción. Guillermo, inolvidable militante montonero, jefe de la Regional IV de la JP. Las calles de Resistencia, los campesinos del Chaco, los algodonales que ya casi no existen, fueron testigos que aún guardan las luchas de Guillermo, Marcela, y tantos compañeros, en el ardor del viento norte . La huella de la JP es aún palpable en el Chaco, los relatos hablan siempre de pendejos metidos hasta el caracú en esa gesta de hacer una Patria ni anque sea a los tiros, una cuestión de justicia, la inquebrantable voluntad de reparar la infamia de un país al que se le impedía con tanques la dignidad de su Pueblo.
Juntito a esa historia, aparece hoy la de don Julio Morresi, uno de los Padres de Plaza de Mayo. Historia cruel, como todas. Veo esta imagen de don Julio caminando casi cansadamente por el Parque de los Patricios, veo esa calesita a la que me subí innumerables veces cuando pibita, en los años en que Norberto, el hijo de don Julio, había dejado los juegos, la calesita y la pelota, para sumarse a la UES y salir a militar en las villas.
Veo esta foto, decía, y la espalda de ese hombre y lo imagino recorriendo manicomios, hospitales, casas, calles, iglesias, despachos, embajadas, buscando a Norberto, que a los diecisiete años andaba repartiendo ejemplares de la Evita Montonera y de pronto no volvió, no se reportó, no pasó por los controles de la orga. No puedo, por más que don Julio lo contó innumerables veces, sospechar lo que debe haber pasado por el cuero de este hombre que buscó durante años - que hasta escuchó a la enviaada de un "Capitán García" decir que Norberto había cenado manzanas verdes -, cuando un día se enteró de que a su pibito de diecisiete años lo habían fusilado de seis tiros en la cara, el mismo día que había desaparecido. Supongo cierto alivio al saber que su hijo no había tenido que soportar las eternas sesiones de tortura a la que eran sometidos los compañeros. Sospecho la consternación de entender que lo torturaron a él, durante años, haciéndole creer que su hijo estaba vivo. Y me conmuevo hasta el infinito pensando en el tipo que siguió buscando a los otros, aún cuando sentía el "privilegio" de haber podido darle sepultura a su hijo (Hasta dónde hemos llegado, que nos sentimos privilegiados por poder enterrar a nuestros muertos...).
Esa mierda de los derechos humanos hace que andemos buscando a los cuatrocientos pibes que nos afanaron los milicos y sus cómplices civiles, dueñas de multimedios incluidas, y que ya hayamos encontrado a 98.
Esa mierda de los derechos humanos nos va a hacer seguir peleando hasta que no sepamos qué pasó con cada uno de los 30.000, quiénes, cómo, cuándo, dónde. El por qué ya lo sabemos.
Esa mierda de los derechos humanos, como decía esa señora, nos hizo conocer gente como don Julio, que despues de recibir el diploma, apenas dedicó unas pocas palabras para agradecer la distinción. Todas las demás fueron para los otros Padres de Plaza de Mayo, y para los 30.000, sus sueños y sus luchas.
Hoy, un montón de tipos que andamos en esa mierda de los derechos humanos nos alegramos por haber rescatado a uno de los nuestros, y , además, le rendimos homenaje a don Julio, declarado Personalidad destacada de esa mierda de los derechos humanos.
Y no me vengan con que derechos humanos no son sólo los de los desaparecidos. Lo sabemos de sobra. No rompan las pelotas.
He dicho.
¿cómo no vamos a apoyar a este gobierno que nos devolvió la dignidad?
ResponderEliminar¿cómo no vamos a agradecer eternamente la decisión política de dilucidar la historia que nos llevó los mejores compañeros?
Siempre recuerdo el día en que Nestor, en la Asamblea de Naciones Unidad dijo, ante el mundo: "Somos hijos de las Madres de Plaza de Mayo".
Ese dia supe que la historia estaba cambiando
saludos Tani y a seguir apoyando a este gobierno hasta que cada amigo perdido pueda recuperar su rostro
Gracias Tani, me hiciste piantar unos lagrimones.
ResponderEliminarJAJAJA, querida mía a veces adoro tu poder de sintesis ( me refiero a la última frase)...
ResponderEliminarApoyo sin restricciones, com osiempre
DR K
Tani, como siempre. Gracias
ResponderEliminarImpresionante. Quedé sin palabras.
ResponderEliminarExcelente compañera. Comparto plenamente. La búsqueda inteminable de los viejos que se van y se nos fueron, al fin llegan al encuentro.
ResponderEliminarMuy emotivo.
ResponderEliminarSalute.
Paso seguido por el blog y la verdad que los relatos son buenisimos y super emotivos.Se te agradece mucho.
ResponderEliminarSaludos desde la capital del golpismo del siglo XXI (Rosario)